Carlos Mal dibuja La República de Sonora


Proemio

La República de Sonora es una novela gráfica histórica y de fantasía que fue concebida una noche del verano de 2009. Un par de amigos y yo cenábamos en un restaurante de esta, mi horrenda ciudad natal, y discutíamos sobre la Revolución mexicana, Plutarco Elías Calles y la historia de México en general. Más tarde mi eterno enemigo Fugo Medina, mi hermano Otoniel y yo seguimos la discusión en mi casa. Ahí fue cuando quedó decidido: haría un cómic epiquísimo que contara TODA la historia de México desde la Conquista hasta los tiempos modernos, pero en ella los personajes tendrían superpoderes y habría robots y aventuras de fantasía, ciencia ficción, humor absurdo y referencias anacrónicas a la cultura pop del momento.

Esta aventura absurda llevaría como nombre PEC, y tenía muchas ganas de ya comenzar a escribirla y dibujarla. Sin embargo, me dije a mí mismo que antes de comenzar tan enorme labor, sería tal vez buena idea hacer un cómic de prueba, algo así como un calentamiento que sirviera como prólogo. Quería hacer un cómic de cuarenta o sesenta páginas en el cual pudiera explorar las reglas de este nuevo universo donde la historia de México, los superpoderes y el humor estúpido convivieran en paz.



Ese cómic de prueba se llamaría La República de Sonora. Ese cómic de sesenta páginas ahora cuenta 277. Y he pasado más de cuatro años haciéndolo. De PEC, el proyecto para el cual LRDS sería solo un prólogo no he dibujado una sola página.


El conde

La idea para LRDS surgió de inmediato, como un fogonazo en la boca del Diablo: simplemente dije: "¡Gaston de Raousset-Boulbon!". La historia del conde Gaston siempre me ha llamado mucho la atención, especialmente porque es un episodio de la historia de México que está normalmente relegado al olvido.

En resumen esto es lo que pasó: un conde francés sin dinero llegó a California en plena fiebre del oro y, al fracasar en sus planes de hacerse rico, logró meter un grupo armado a Sonora; en 1842 conquistó (por un día) la ciudad de Hermosillo, donde declaró de manera no oficial la independencia de Sonora. Tuvo que retirarse de inmediato a California por motivos misteriosos, y dos años después volvió a intentar una conquista militar, pero esta vez en Guaymas, donde fue derrotado por los habitantes del puerto y por las tropas del general José María Yáñez. Pocos días después fue fusilado.

Su historia no es única: a los extranjeros que intentaron conquistar territorios mexicanos se les llama filibusteros (que es una palabra alternativa, tal vez terrestre, para "pirata"). Willliam Walker, Henry Crabb, Charles de Pindray tienen historias igualmente fascinantes y extrañas (¡por poner un ejemplo, William Walker intentó independizar Sonora y Baja California y llegó a ser presidente de Nicaragua!).

Pero lo que hace único al conde Gaston es que encontré en él un espejo de mí mismo: en 2009, cuando se me ocurrió la idea de esta novela gráfica, estaba listo para irme a vivir a París con mi entonces esposa. Y de repente me di cuenta de que el conde y yo estábamos viviendo vidas opuestas pero paralelas: él era el rubio poeta y dibujante que vino al desierto a encontrar su destino; yo era el mestizo aindiado, dibujante y poeta también, que partía de la ciudad que él conquistó con rumbo a París a probar suerte.

Mi fortuna probaría ser menos letal que la del conde, pero tampoco podría decir que volví de París victorioso y con la frente en alto: fui fusilado por el pelotón implacable de la suerte.


El primer borrador

En mi primer viaje a París boceté el primer borrador de LRDS. En él la aventura del conde se desenvolvía por sesenta páginas de mucha acción, pero con pocos personajes y mínimo desarrollo. Era, efectivamente, una minihistoria que servía como prólogo de PEC. Tenía planeado dibujarla con bolígrafo y que quedara en blanco y negro. Aquí está un par de páginas de este borrador:


Cuando volví a París ya tenía casi todo el cómic listo para ser trazado; me llevaría tal vez unos tres o cuatro meses completarlo. Sin embargo comencé a leer novelas gráficas de la colección de mi esposa (Y: The Last Man, 100 Bullets, Transmetropolitan...) y comencé a notar que LRDS tenía el potencial de ser más que un cómic. Podría convertirse en una novela gráfica.

Abandoné sin piedad el borrador de sesenta páginas y me decidí a comenzar desde cero. La historia era básicamente la misma: el triunfo y caída de Gaston de Raousset Boulbon en un universo alterno en el que existen los superpoderes y una tecnología anacrónica y fantástica.

Pero esta vez me decidí a usar más personajes, a desarrollar sus motivaciones, y a mostrar un desarrollo emocional y psicológico en el personaje del conde Gaston: no quería que fuera solamente un superhéroe hueco que se dedicaba solo a ar patadas y puñetazos.


El dibujante aprende a dibujar

Una de las decisiones más difíciles fue cómo dibujaría la novela gráfica. ¿Sería a mano o en digital? ¿En blanco y negro, escala de grises o a todo color? ¿Con sombras o con colores sólidos?

Por suerte, desde enero de 2010 he estado dibujando el webcómic semanal Al Grito, y no sé por qué no veía que la respuesta estaba semanalmente rozándome las narices: "Carlos Mal, estás dibujando Al Grito regularmente de manera digital y a todo color... ¿Por qué no dibujas así la novela gráfica, grandísimo idiota?"

Pero había algo que me molestaba un poco: aun cuando he dibujado desde la más temprana infancia, de repente sentí que mis habilidades eran inapropiadas para dibujar una novela gráfica. No sé de dónde salió esta inesperada inseguridad, pero hoy agradezco mucho haberla tenido, porque me embarqué en un año completo de investigación, no solo de documentos históricos y biográficos sobre el conde, sino también en una completa aventura autodidacta de dibujo.

Descargué docenas de libros de dibujo, entre instructivos prácticos y tratados teóricos, practiqué como si fuera principiante y por un año entero solo me dediqué a estudiar dibujo, investigar sobre historia y escribir el guion de LRDS. (Mientras mi esposa generosamente se ganaba el pan para nosotros).


El guion 

Cuando terminé el guion de LRDS quedó de treinta páginas. No sabía en cuántas páginas dibujadas se traducirían treinta páginas escritas, pero sabía que no serían sesenta ni cien, sino más. El guion lo escribí como habría escrito un relato pesado en diálogos y escaso en descripciones.

Cabe señalar que dibujo cómics desde que tengo ocho años y nunca había escrito un guion para cómic. Para mí dibujar cómics era una especie de experimento de fluir de la conciencia, pues resolvía los problemas argumentales y narrativos sobre la marca, un panel a la vez. Ahora no puedo concebir la idea de hacer un cómic sin guion, me parece como lanzarse al abismo sin lámpara y con las manos atadas.


3D

La primera imagen completa y a color que hice para LRDS fue una ilustración de un perro humanoide-samurái en el acto de cortarle la pierna a Antonio López de Santa Anna. Me pareció que informaba al potencial público del carácter y humor de la obra: no debían esperar de mí una novela gráfica con rigor histórico o con verosimilitud: debían esperar de mí un absurdo collage de historia y fantasía. Aquí está dicha imagen:


Pero la importancia de esta ilustración es que fue la primera que hice con la ayuda de un programa de modelado en tercera dimensión: DAZ Studio.

DAZ Studio no es el mejor programa de 3D, es en verdad una variación gratuita de Poser, el programa de modelos en 3D con más prestigio. Como Poser, DAZ Studio permite que el usuario coloque modelos humanos, animales u objetos en distintos escenarios y después manipular cámaras y luces, entre muchas otras funciones.

Me propuse a intentar algo más o menos descabellado: Hacer maquetas en 3D de cada uno de los paneles de LRDS y después dibujar por encima de ellos. Esto me garantizaría que no habría manos mal dibujadas, perspectivas incorrectas, o caballos que parecieran perros.

Muchas veces me sentí mal, como si estuviera haciendo trampa. Pero después de darme cuenta de que tendría que modelar un total de 2 574 paneles minuciosamente dije "fuck it", esto es infinitamente más laborioso y complejo que simplemente calcar.


Cómo hacer un cómic fácilmente (en cuatro años o más)

Tomé un fajo de hojas blancas tamaño carta y después de doblarlos a la mitad y engraparlos, me quedé con varios cuadernitos de veinte páginas cada uno. En ellos comencé a dibujar de manera burda cada página de LRDS, basado fielmente en el guion. Así se ve una página doble de este primer borrador:


Al final quedé con un montón de folletitos mal dibujados, pero al fin sabía dónde iba a estar cada cosa, y como lo dibujé de manera somera, podía borrar, tachar y agregar (cosa que hice, al final agregué poco más de quince páginas aquí y allá). Es mucho mejor agregar y quitar páginas en esta fase del proceso y no cuando uno tiene ya las páginas laboriosamente coloreadas.

Después hice el maqueteo en 3D. Como mencioné antes, este paso se logra combinando DAZ Studio y Photoshop. Me llevó casi un año hacer posar a todos y cada uno de los personajes. En el primer panel de la segunda página que se muestra a continuación tuve que tener a cerca de treinta personajes en el mismo escenario. Era una pesadilla para el humilde procesador de mi antigua laptop. Así se ve una página con todos los modelos de referencia en 3D:
Otro proceso que me llevó cerca de un año fueron las líneas básicas: se trataba de dibujar por encima de los modelos en 3D las líneas de todos los cuerpos y caras. Después tuve que volver a la primera página y recomenzar, ahora para dibujar toda la ropa, fondos, vehículos, edificios y detalles. Al final quedé con 277 páginas que se veían así.

Al terminar esa fase ya me sentía con un cómic completo, la historia, el dibujo y los diálogos ya estaba allí, y ciertamente ya era legible y apreciable, pero tenía todo el aspecto de un libro para colorear, así que eso es lo que me decidí hacer: ponerle color. En algunos meses, gracias a un truco que aprendí dibujando Al Grito, completé la fase que llamo "colores sólidos".


Poco antes de tener que partir de París por razones que me parten el alma, comencé la etapa final de esta travesía llena de acción y peligro: las sombras, iluminaciones y efectos especiales. He tenido que utilizar todos los trucos que he aprendido en mis casi diez años como dibujante digital, y aunque no soy un campeón, los resultados me tienen satisfecho, pues son el cenit de mis posibilidades, y trato cada panel de esta novela gráfica como si fuera una ilustración independiente, una obra única que requiere toda mi atención y cuidado.


Al final será como si hubiera dibujado 2 500 ilustraciones y las hubiera puesto todas juntas en un libro.

En esta imagen animada muestro cómo he integrado todos los pasos que he descrito para crear una página doble de la novela gráfica.


El conde Gaston de Raousset-Boulbon no tuvo la suerte de volver a Francia. Yo sí he vuelto al desierto que me arrojó al mundo, y aquí es donde acaban los paralelos entre él y yo. Pero La República de Sonora será un nexo inmortal entre él y yo.


Napoleón Bonaparte y el doctor Mal

Louis-Napoléon Bonaparte-Wyse es un señor muy peculiar: es descendiente directo (tataratataranieto) de Napoleón I y, al mismo tiempo, descendiente materno del hermano del conde Gaston. También es el autor de Gaston I: le rêve mexicain de Gaston de Raousset-Boulbon, la biografía más reciente sobre el conde.

Estuve en contacto con él en Francia; nos tomamos un café juntos y me prometió tanto dibujos como poemas inéditos de Gaston de Raousset-Boulbon. Cumplió su promesa. En el correo, un mes o dos antes de regresar a Hermosillo me llegaron sendos paquetes con poemas y dibujos del conde en minuciosas fotocopias. Pero esto será pasto de otro texto futuro.

Por ahora parece que estoy hasta el cuello del conde, hasta el cuello de los 1850s, hasta el cuello de los paralelos terribles que me envían por la senda de fracasos del conde. Y ya qué. Que me lleve el destino a las playas de Guaymas a que me fusilen. Pero no sin antes terminar esta novela gráfica y esa tesis sobre los dibujos y poemas inéditos del desdichado aventurero que me secuestró la vida desde 2009. Qué le vamos a hacer. Qué injusto es Dios.

CM

Comentarios

Entradas populares